Un mercado invisible pero masivo: el ecosistema digital del sexo en República Dominicana

Nov 18, 2025
Un mercado invisible pero masivo: el ecosistema digital del sexo en República Dominicana
Photo by Jernej Graj / Unsplash

Uno de los destinos turísticos estrella para conocer y disfrutar del Caribe es República Dominicana, un país que no solo atrae por sus paisajes y su cultura local, sino que el trabajo sexual también se ha abierto su espacio desde hace décadas.

Aquí, el comercio sexual opera en un marco legal ambiguo, es decir, no está prohibido cuando se ejerce voluntariamente, pero tampoco existe una regulación que otorgue derechos y protección. En cambio, delitos como la trata o el proxenetismo sí están penalizados, lo que crea un ecosistema donde la informalidad domina y los vacíos legales dejan a miles de personas sin garantías.

Atado al turismo se le suma un factor histórico: el turismo sexual en República Dominicana, especialmente en zonas costeras. Una economía informal altamente extendida en el país que facilita que este mercado continúe expandiéndose a la vez que crece la vulnerabilidad de mujeres migrantes y personas del colectivo. 

Es por ello que, en este contexto, internet ha reorganizado el sector, trasladando parte de la oferta y la demanda hacia plataformas digitales. Aquí, el anonimato, la autonomía, la seguridad y la segmentación han permitido medir tendencias que antes eran imposibles de rastrear.

La migración y el turismo como motores del mercado del sexo pago

La República Dominicana es uno de los países turísticos más importantes del Caribe, y ese flujo constante de visitantes influye directamente en la demanda de servicios sexuales. Al mismo tiempo, la llegada de migrantes, especialmente mujeres venezolanas y colombianas, ha transformado totalmente la composición del mercado.

En zonas como Punta Cana, Bávaro o Sosúa, diversos estudios señalan la coexistencia de trabajadoras sexuales locales, migrantes y “temporales” vinculadas al turismo. Este cruce entre migración y flujo turístico alimenta un mercado híbrido: parte local, parte internacional, parte presencial y cada vez más digital.

Un escenario donde datos propios de SimpleEscort ayudan a entender por qué el mercado online dominicano se comporta como lo hace.

La demanda en datos: quiénes son los usuarios de escorts dominicanas 

Los registros internos de Simple Escort muestran que más de 85.000 usuarios acceden cada mes a la plataforma, lo que evidencia un amplio consumo de escorts por vía digital. Además, no se trata de visitas fugaces: las sesiones duran en promedio 7 minutos, tiempo suficiente para buscar, revisar perfiles y evaluar opciones. Este comportamiento apunta a un proceso de selección consciente y no impulsivo.

Respecto al origen de los usuarios, un gran volumen proviene principalmente de las grandes ciudades como Santo Domingo, Santiago y Santo Domingo Este, lo que confirma que el mercado está anclado en núcleos urbanos donde la conectividad y el anonimato facilitan la búsqueda online. En zonas turísticas como Punta Cana, aunque en menor volumen, el uso también es notable y refleja la influencia del turismo internacional.

Por otro lado, la distribución por edades revela un patrón interesante: aunque hay presencia joven, la mayoría de usuarios pertenece a las franjas 25–54 años, es decir, adultos con estabilidad económica y hábitos digitales consolidados. Más del 40 % supera los 45 años, mostrando que este mercado no está dominado por usuarios jóvenes, sino por personas con mayor poder adquisitivo.

Asimismo, los intereses digitales no difieren del usuario promedio de internet: actualidad, viajes, tecnología y deportes, lo que desmonta estigmas clásicos y sitúa al buscador de escorts como un consumidor digital común.

Las preferencias de los usuarios: mujeres jóvenes y dominicanas

En cuanto a preferencias explícitas, los filtros muestran que la mayoría busca perfiles femeninos (37,5%), aunque los perfiles trans concentran casi un tercio de las búsquedas filtradas, revelando una demanda estable y significativa. 

También hay una clara preferencia por trabajadoras dominicanas (31,2%), seguidas por haitianas, venezolanas y colombianas. Y por edades, las jóvenes entre 18 y 26 años son las más buscadas.

Cabe puntualizar que para realizar dichas búsquedas, el 93% de los usuarios se conectan desde el celular, confirmando un consumo privado y fuertemente geolocalizado.

¿Cómo es la oferta? Quiénes se anuncian y qué servicios priorizan

Con cerca de 10.000 anuncios publicados al mes, las cifras de SimpleEscort muestran que el mercado digital dominicano es amplio y dinámico. Además, el 25 % de anuncios rechazados refleja un control riguroso orientado a evitar perfiles no verificados o con conductas sospechosas sobre posibles fraudes

En el lado de la oferta, la gran mayoría de anunciantes son mujeres (90%), aunque destaca una presencia constante de perfiles trans (6%). La edad declarada predominante es de 18 a 24 años, lo que muestra que muchas trabajadoras recurren a plataformas digitales atraídas por la autonomía y la posibilidad de fijar sus propios horarios y precios.

La nacionalidad es uno de los aspectos más llamativos: aunque las dominicanas lideran claramente con un 58% de la oferta, el elevado número de colombianas (34%) indica un flujo constante de migración vinculada al sector, especialmente en zonas urbanas y turísticas. Otras nacionalidades son la venezolana, la americana y la haitiana. 

Patrones estéticos y servicios más ofrecidos 

En cuanto a los perfiles, predominan etiquetas como jovencita, independiente o universitaria, que reflejan tanto características reales como una adaptación a lo que los usuarios buscan. Además, la alta presencia de términos como big butt o tatuada responde a patrones estéticos muy asociados al Caribe.

Por otro lado, los servicios más ofrecidos muestran un mercado híbrido: conviven prácticas tradicionales como el sexo oral (54%), los tríos (44%) o el sexo anal (32%) con servicios más emocionales como el trato de novia (45%), y con formatos digitales como la videollamada erótica (34%), ya consolidada como una extensión natural del mercado presencial.

La economía del deseo: impacto, contradicciones y futuro

Tal y como muestran los datos analizados, el mercado online del trabajo sexual en República Dominicana crece sin pausa. La digitalización ha permitido a muchas trabajadoras sexuales mayor autonomía y un control más directo de su imagen y sus clientes. Sin embargo, el país sigue sin una regulación específica que reconozca derechos laborales.

Este mercado digital convive con el turismo sexual, la migración y la economía informal, creando un sector dinámico a la vez que frágil. Y mientras la legislación no avance, el ecosistema digital del sexo seguirá moviéndose entre la autonomía y la vulnerabilidad, impulsado por una demanda constante y por la transformación tecnológica.